NO NOS CORRESPONDE A NOSOTROS JUZGAR, LOS HOMBRES PODEMOS EQUIVOCARNOS PERO NUESTRA FE ESTA PUESTA EN EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO...HOY ES TIEMPO DE CARIDAD Y MISERICORDIA...

viernes, 8 de febrero de 2008

"HISTORIA DE LAS APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES"

El 11 de Febrero de 1858, Bernadette (Bernardita) Soubirous, una niña de catorce años, recogía leña en Massbielle, Francia, en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, una ráfaga de viento la sorprendió y vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenía una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.

" Yo, creyendo que estaba soñando, me restregué los ojos; pero levantando la vista , vi de nuevo a la hermosa Señora que me sonreía y me hacía señas de que me acercara. Entonces se me ocurrió rezar y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la Señora se santiguaba al mismo tiempo que yo lo hacía. Mientras iba pasando las cuentas de la camándula .Ella escuchaba las Avemarías sin decir nada, pero pasando también por sus manos las cuentas del rosario. Terminando el rosario, me sonrió otra vez y retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció". Estas fueron las palabras de Bernardita para narrar el milagroso episodio.

Muchos no le creyeron, incluídos sus padres, quienes le prohibieron acercarse al lugar. Con el paso de los días y a pesar de la prohibición inicial, finalmente se le permitió volver a visitar el sagrado asentamiento.

Luego, la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".

Luego de este intenso momento que cubrió a todos los presentes, la noticia de las apariciones se corrió por toda el pueblo, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, aunque otros aún se burlaban.

El 25 de marzo, al verla más amable que nunca, Bernardita le pregunta varias veces: Señora, ¿quiere decirme su nombre? La Virgen sonríe y al fin, ante la continua insistencia de la niña, eleva sus manos y sus ojos hacia el cielo y exclama:
"Yo soy la Inmaculada Concepción”

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 hubo 18 apariciones. Éstas se caracterizaron por la sobriedad de las palabras de la Virgen, y por la aparición de una fuente de agua que brotó inesperadamente junto al lugar de las apariciones y que desde entonces es un lugar de referencia de innumerables milagros constatados por hombres de ciencia.

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